Movilización contra la gripe

Más de un millón y medio de personas se habían reunido en el paseo de la Castellana al llamado unánime de todos los partidos políticos, sindicatos, confederaciones empresariales y organizaciones no gubernamentales.
Los convocantes estaban plenamente satisfechos de su éxito y no era para menos: la movilización había sido completa, y no sólo en la capital. Días antes, en las principales ciudades del país se habían producido concentraciones de similares características, y además prácticamente sin incidentes. En muchas iglesias y universidades tenían lugar encierros, encadenamientos y hasta huelgas de hambre. Incluso los colectivos de funcionarios, más remisos en otras ocasiones a esta clase de medidas, estaban participando activamente en las protestas.
La sociedad al fin se había movilizado contra aquel tremendo problema, y se movilizaba con responsabilidad y energía, sin crispaciones que dieran cancha a los provocadores.
Representantes de todas las organizaciones convocantes se colocaron a la cabeza de la manifestación, esperaron unos minutos y empezaron a marchar sujetando entre todos la pancarta principal.
—NO A LA NEUMONÍA ASIÁTICA —rezaba con grandes letras negras.
Muchos miles de pancartas con lemas similares eran enarboladas por los manifestantes a lo largo y ancho el río humano que ocupaba el paseo.
—-VIRUS NO.
—VIRUS FUERA.
—NEUMONÍA ASESINA.
Jalonaban también la manifestación centenares de banderas, de Extremadura, de Cataluña, de Cantabria, de Galicia, del Recreativo de Huelva, del Betis, de la Hermandad de Donantes de Pene, de la Comunidad de Vecinos Fuencarral 112, del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas y cientos, incontables pendones del rey Witiza con crespones negros por la afrenta histórica de Guadalete.
Pronto empezaron a corearse consignas, repetidas fila a fila hasta que en pocos segundo, como una corriente eléctrica, llegaban hasta el final de la marcha, galvanizando los ánimos de los presentes.
¡VIRUS NO
¡VIRUS FUERA!
¡LA PUTA NEUMONÍA ES UNA PORQUERÍA!
¡NI PESTE NI ENFERMEDAD, JUSTICIA Y LIBERTAD!
Al final de la marcha, un conocido representante del mundo del espectáculo leería un manifiesto y estaba previsto que si la epidemia no remitía, se convocarían nuevas movilizaciones mucho más contundentes.
¡Se iba a enterar la neumonía esa!

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