Y si miro por la ventana y no reconozco el mundo, ¿qué culpa tengo yo y qué culpa tiene el mundo? Acaso la única responsable de esta implacable disociación sea la ventana, pero tampoco, porque el cristal por que uno mira se ha ido fundiendo con el tiempo, con opciones encadenadas que no se pueden atribuir a otro, ese otro que siempre te entierra con la pala que tú le das y en la tumba que tú elegiste.
Si miro a la ventana y no reconozca el mundo tal vez sea porque haya cometido la atroz equivocación de buscar el mundo fuera cuando todo lo que he sido capaz de construir está dentro y aún no he logrado dominar el arcano arte de la magia, ese arte que consiste en poner fuera lo que está dentro y dentro lo que está fuera.
Si miro a la ventana y no reconozca el mundo tal vez sea porque haya cometido la atroz equivocación de buscar el mundo fuera cuando todo lo que he sido capaz de construir está dentro y aún no he logrado dominar el arcano arte de la magia, ese arte que consiste en poner fuera lo que está dentro y dentro lo que está fuera.
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